Capricornio. El destino se concreta

Desde el 21 de diciembre, el dia del solsticio, entramos en el signo de Capricornio. Los solsticio de invierno en el hemisferio norte es el momento de cambio de polaridad del movimiento del sol con respecto a la tierrra en que la oscuridad cede ante la luz. No es casual que en estas fechas de dias tan cortos y noches tan largas se celebre el nacimiento de la luz.

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La Navidad tiene este sentido, el nacimiento de un niño de luz que abre el corazón a los seres humanos. Este seria el máximo destino de los humanos llevar la luz del amor y la compasión al mundo.

 

Capricornio es un tiempo dificil, uno aun está en la maxima oscuridad y la luz es solo un atisbo. Por eso es el signo callado y de resistencia en el que la soledad y el trabajo interior estan muy presentes.

El mito que tiene que ver con Capricornio es el de Saturno, un dios controvertido pero fiable que ordena el mundo que se habia caotizado despues de las emociones intensas de Escorpion y los excesos de Sagitario. Saturno no tiene muy buena fama por su seriedad y tambien por sus aplicaciones implacables de la ley. Un aspecto de este dios es el de Cronos, el tiempo, que todo lo pone en su lugar, el valor de la tradición y del reconocimiento de lo aprendido.

Pero otro mas despiadado es el de Saturno devorando a sus hijos. Cuando la tradición y los valores ancestrales se petrifican y se quedan inamovibles, surgen los nuevos valores que rompen con el pasado. Lo viejo y lo nuevo compiten por la hegemonia y Saturno intenta devorar, asimilar e integrar todo lo diferente para que no escape de control, cosa que no siempre es posible. Para avanzar hay que transgredir y Saturno lo hace con su padre Urano y a la vez Saturno es desafiado por su hijo Zeus. Es el reemplazo natural de las viejas ideas por las nuevas con respeto.