El mito de Medea y las «mujeres que aman demasiado»

Hay un tipo de mujer (y también algún hombre), que prioriza el amor romántico y la fusión con el ser amado en sus relaciones, que se ha etiquetado a menudo como las mujeres que «aman demasiado» aunque en un estricto sentido no seria que aman demasiado sino que dejan de amarse a ellas mismas cuando aman a otra persona.

Estas personas me recuerdan el mito de Medea que también «ama demasiado» a Jasón. En este mito ella sacrifica a su familia y lo conocido para estar con Jasón y, aunque viven unos años de unión, finalmente él acaba enamorándose de otra persona y ella desesperada mata a sus hijos.

Las personas que se identifican con este arquetipo pierden el respeto por sí mismas y son capaces de dejarlo todo por conseguir a su amado. Es la idea patriarcal de creer que es necesario sacrificarse para que te quieran.

Hay muchas madres y abuelas de este siglo 21 que dan el poder a sus parejas creyendo que así podrán retenerlo a su lado, y con el tiempo, al no verse recompensadas, se enzarzan en una lucha de insultos y vejaciones que acaba destruyendo la relación y a menudo haciendo mucho daño a los hijos.

El mito da un tinte trágico a la situación cuando Medea mata a sus hijos, pero si lo miramos en un sentido simbólico y no real, es bastante común ver a hijos de padres enzarzados en el odio mutuo con serios problemas emocionales que acaban siendo los mas dañados.

Sin llegar a esos extremos tan trágicos muchas personas sufren en sus relaciones porque esperan que la pareja les devuelva algún día los sacrificios que han hecho por ella o que vuelva a ser el amante enamorado/a del principio de la relación. Y entonces pueden volverse vengativas y odiosas destruyendo su entorno y a ellas mismas como Medea.

En otro mito que hemos visto en algunas películas cuando el héroe tiene que atravesar algún umbral, la esfinge le pregunta para entrar en suelo sagrado (es decir el interior de uno mismo): «¿Cómo se retiene a la persona amada?» A esta pregunta solamente se puede responder aceptando que no se puede retener a la persona que amas, hay que dejarla libre.

Medea no entiende eso y se sacrifica haciendo lo que Jasón quiere, teóricamente «por amor», hasta que con el tiempo su venganza se va larvando y pasa a la polaridad contraria. La víctima se ha convertido en verdugo aún a costa de destruir lo que mas quiere y de destruirse ella misma.

El mal de nuestras relaciones consiste en creer que la pareja debe cumplir todas nuestras expectativas y que lo que hagamos por el otro nos será devuelto en algún  momento.

El compromiso con el otro parte del compromiso con uno mismo, a las Medeas (hombres o mujeres) les cuesta entenderlo.