ARIES

Aries es un signo de impulso, es el fuego original del hombre como ser activo, que lleva a sus nativos y a las personas que tienen este signo destacado a ser pioneros e iniciadores en todas sus experiencias.
El equinoccio que abre la puerta a Aries es una clara señal, la victoria del día sobre la noche, la voluntad de salir de las tinieblas, la germinación de la vida en la primavera.
Aries es el signo de la llamada a la aventura, la aventura de vivir.
Aries sigue a Piscis e inaugura un nuevo ciclo de experiencias. Su objetivo es encender el fuego interno, es la chispa que prende y nos da el impulso (palabra clave de Aries) para individualizarnos.

Aries necesita salir de la sopa (en palabras de Enrique Eskenazi) de Piscis, emerger del vientre materno, hacerse humano para aspirar a lo mas alto e iniciar el camino para recorrer el siguiente ciclo de experiencias que tendrá nuevamente doce etapas.
Los signos de fuego siempre siguen a los de agua: Aries después de Piscis, Leo después de Cáncer y Sagitario después de Escorpión, como si para encender el fuego uno tuviera que conocer las profundidades del agua.
No es extraño pues que en Aries uno luche, a veces a muerte, contra los obstáculos, que se equivoque y tenga que volver a empezar, que choque, como el carnero de la constelación, contra muros inexpugnables.
El impulso de nacer, tanto físicamente como al conocimiento, es aquí la motivación esencial, así como la de restablecer el poder y el orden de las cosas en un sentido casi político.