TAURO

Tauro es un signo de resistencia, de búsqueda de poder y estabilidad, terrenal y concreto, que lleva a sus nativos y a quienes tienen este signo destacado en su carta a fijar en sus vidas todo lo que necesitan, a ser pacientes ante cualquier adversidad, en honor de conseguir la satisfacción del deseo.
Esto no supone en ningún momento la sumisión, puesto que, como el toro en el “ruedo», el taurino es capaz de embestir con toda su fuerza cuando se ve agredido o no gratificado.

 

Tauro es sensual y erótico, como el centro de la estación de la primavera en la cual surgen toda clase de olores, colores, instintos y pasiones, la exaltación de la vida.
Los mitos relacionados con este signo nos hablan de esta naturaleza pasional y valerosa que impulsa al ser humano a buscar lo deseado para poseerlo y disfrutarlo. La heroicidad en Tauro no es importante en en cuanto a acción sino como un medio para conseguir lo que uno quiere.
Tauro es el signo de tierra que pretende fijar y estabilizar la energía, sigue a Aries como una necesidad humana de estructurar y planificar lo que era puro impulso.
Tauro quiere poseer, quiere tener, es la atracción del centro de la tierra, una tierra calentada por el fuego de Aries. Tauro es la energía de los terremotos, la tierra que emerge y se hunde sin contemplaciones, en toda su potencia, salvaje e indómita, que se nos presenta habitualmente paciente y serena. Los habitantes de zonas afectadas por los terremotos conocen este silencio y tranquilidad que puede volverse destrucción en instantes.
Tauro es paciente y estable pero terrible en su pasión.